Estimados amigos:
Termina otro año complejo de retos enormes en diversos planos de nuestras vidas en lo personal, en lo profesional, y en lo social. La pandemia nos sigue poniendo en jaque y dificultades, en tanto aún estamos a considerable distancia de recuperar nuestra antigua normalidad. O quizá, en su caso, debamos aludir, con más propiedad, a una nueva normalidad con visos de quedarse, sin fecha de término, en nuestras vidas.
En lo jurisdiccional, el reto ha sido llevar adelante un sistema de justicia virtual y mucho de nuestros esquemas anteriores cambiaron radicalmente. Es un hecho que la pandemia habrá de amainar, pero hemos de corroborar cuánto del formato de audiencias virtuales, entre otros ítems de cambio, ha de quedarse, y prevemos que la actuación remota conservará sus estándares. En la actividad docente, el retorno a la presencialidad de las clases ha de ser progresivo, pero de suyo necesario. Se pierde un componente psicoemocional de relevancia con una clase virtual, la cual siempre deberá ser la excepción y no la regla.
Asumimos que la vacunación y refuerzos de dosis han de continuar como reglas de interacción social, y ello inclina la balanza hacia el lado positivo. Confiemos, entonces, en que este 2022 sea el principio del fin de la pandemia. Como decía Ortega y Gasset, el hombre es su ser y sus circunstancias; de igual forma, que nuestras vidas y nuestros avatares en este nuevo año sean de superación de las brumosas vicisitudes que nos depararon los años 2020 y 2021.
¡Feliz 2022!
Saludos cordiales,
Edwin Figueroa Gutarra
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